Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Noticia | Concurso Internacional de Música de Cámara de Arnuero

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Concurso de Música de Cámara Ecoparque de Trasmiera

Ayer, Castillo reconstruido

7 de julio de 2023

Ayer tuvimos el privilegio de asistir a uno de esos momentos en que pasado y futuro se conjuran para procurarnos la capacidad de trascender, de pasar a formar parte del elenco de acontecimientos que redimen al hombre de la muerte porque quedan amarrados como iconos anclados en la escaleta del tiempo.

Ayer Ananda se transformó en anaconda capaz de engullir 6 siglos de historia musical para, tras pesada digestión compositiva, devolvernos una pieza magistral que va más allá de la mera exploración musical, una obra en la que todo tiene sentido conforme a un encargo realmente difícil y preciso: componer una obra musical contemporánea que constituya un homenaje al maestro arquitecto Juan de Castillo, quien 500 años atrás plasmó en sus bóvedas el genio que le permitió trascender a su tiempo.

Ayer las bóvedas de la iglesia de Nuestra Señora en Arnuero, volvieron a vibrar transformándose en cajas de resonancia por las que pasó un carrusel armonioso de notas que arrancaban en el s.XV y llegaban nada menos que hasta Billy Joel y su “pianista”. Renacimiento, Barroco, Clasicismo, Romanticismo y música contemporánea cohabitan en una cápsula del tiempo musical de 12 minutos.

Ayer una obra grandiosa, como la bóveda de crucero del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, tuvo su trasunto en una pequeña iglesia de Arnuero, en la que el maestro Sukarlan planificó una distribución de los músicos alejada de los cánones clásicos de la música de cámara. Ubicados en diferentes espacios, separados entre sí los intérpretes y sin la complicidad de las miradas que acompasan y modulan los movimientos de cada uno,  la intención de Ananda era convertir la iglesia en una auténtica caja de resonancia en la que producir un sonido envolvente, un espacio orgánico en donde las bóvedas debían ser cómplices de esa sonoridad con la que los maestros del gótico encontraron la forma de acercarse al cielo y transformar las nuevas iglesias en espacios etéreos, en donde tiempo después vio la luz el órgano como máxima expresión de la música que quiere elevarse a Dios.

Ayer música y arquitectura cobraron una nueva vida gracias al prodigio de Ananda Sukarlan que reconstruyó la arquitectura manuelina de Juan de Castillo con bóvedas musicales que se alzaron sobre pilares que entrelazaban nota a nota los diferentes tiempos que nuestras iglesias han visto pasar. Toma Ananda como referencia principal el tema  “Virgen Bendita Sin Par” de Pedro de Escobar, compositor portugués del siglo XV, conformada a partir de las 5 notas básicas Sol - Fa - Mi - Re - Do, que es la escala diatónica simple descendente. A partir de ahí construye, a modo de estribillo, un eslabón que va enlazando las variaciones con las que hace un guiño a distintas épocas y lenguajes armónicos, tan diferentes como Bach, la escala pentatónica balinesa, John Williams, las monodias de David del Puerto y la música pop americana con, Queen o Billy Joel. De ahí que esta nueva composición de Sukarlan "reconstruya" todos los tiempos musicales bajo el soporte de la arquitectura gótica y de esas bóvedas que nos permiten, creyentes o no, elevar nuestro espíritu hacia el cielo y nuestra mirada hacia lo divino.

Ayer Juan de Castillo renació en un sublime homenaje, con una creación musical que permanecerá, como sus bóvedas, en el tiempo, y durante 12 minutos formó parte del presente, traído en volandas por la sensacional interpretación de un elenco de músicos de renombre internacional: Junto al maestro Ananda Sukarlan al piano, participaron en esta aventura de reconstrucción temporal, David Apellániz al violonchelo, Luis Fernández Castelló al clarinete y Angel Luis Castaño al acordeón.

Ayer la música de Ananda reconstruyó nuestras almas y nos hizo partícipes de un instante en el que pasado y presente se fundieron para proyectarse en el futuro, porque sin duda la obra estrenada ayer permanecerá para siempre en la historiografía de la música contemporánea, y quienes allí estuvimos formaremos parte indisoluble de ese ínfimo y eterno instante.

Ayer “Castillo reconstruido” nos permitió trascender, formar parte de algo no anecdótico y traspasar la frontera del tiempo. ¿Acaso el arte no nació para eso?

 

Ramón Meneses

Ayer, Castillo reconstruido
Ayer, Castillo reconstruido

Organiza:

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Patrocina:

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La Sociedad
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Laurent López